Noche en Tokio

Salvo casos excepcionales la vestimenta no suele ser un motivo para impedir el paso a un local, siempre que esté dentro de la normalidad. En algunos bares, como los izakaya, es habitual pagar un mínimo por consumición. Los precios oscilan mucho según el local y la zona por donde nos movamos. La edad mínima para consumir alcohol son los 20 años.

Si nos gustan las discotecas, una de las más conocidas es Womb, en Shibuya, que mezcla gente local y extranjera. Velfarre, en Roppongi, destaca por tener varias plantas, con distintos ambientes, mientras que Secobar, en Shibuya, es el paraíso para los amantes de la música electro-funk.

Por el contrario, si queremos escuchar música en vivo, podemos acudir al Club Que o al Club Quattro, que poseen salas de conciertos bastante concurridas y resultan el trampolín profesional perfecto para músicos que están empezando. Otros dos locales muy conocidos son Nippon Budokan y Tokyo Dome, donde conviene reservar con antelación.

A los japoneses les encantan los karaokes y Tokio es la ciudad perfecta para visitar uno de ellos. En realidad, son salas privadas, normalmente muy lujosas, con espectaculares sistemas de sonido. En muchas ocasiones se encuentran en las últimas plantas de grandes edificios y se alquilan por horas. Destacan las salas del hotel Keio Plaza en Shinjuku, o el Lovenet del Hotel Ibis en Roppongi, que hasta cuenta con jacuzzi.

Si va a Japón no piense encontrar grandes casinos. El juego está muy controlado en el país y los casinos, aunque no están prohibidos, son todavía muy escasos. En cambio, las máquinas de pachinko, una especie de máquina tragaperras, están muy extendidas por todos los barrios.